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Enemigo atontolinao

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Las malas noticias disparan por la espalda, como el enemigo cobarde, bobo, atontolinao . Coge un rifle y tira sin rumbo, como si llevara balines de feria, de esos que nunca dan al oso de peluche grande porque estan trucados.  Son una patada en el estómago. Peor que una mala digestión, sin Álmax, sin Omeprazol. Creer que comías el marisco más sabroso y notar la intoxicación el día después.  Igual que el infeliz adolescente que se acerca, insensato, al tequila. Se  sobresalta del mismo modo que lo hacen sus papilas al percibir, a partes iguales, la sal y el limón. Y en primerísimo plano la colonia de bebé.  Como se siente la traición del amigo, pleno martillazo en la cabeza plagado de recuerdos imborrables juntos. Cariño emborronado. Así son. Llegan. Inevitablemente. Llegan...pero se van. Llegan...pero se van... Llegan pero se van.  Así, como las olas en la playa.  Saltar, nadar, sumergirte, seguir la ola, hundirte, surfear... Y, según hayas entendido el mar y sus secretos,  secarte al s

Algo de ritmo

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  Con los humanos como atracción estelar es como empezaba el espectáculo. Todos colocados en casillas: unos marcados con ceros, otros con unos. 0     1     0     1     0     1     0     1     0     1     0     1     0     1     0     1     0     1     0     1      Uniformados, anodinos, atontados, descerebrados. ...ados... ados...ados...ados...ados...ados... El show era soso a más no poder. Mucho código, mucha data, mucho block, mucho chain. Mucha predicción cumplida. Artistas invitadas: Alexa, Siri, Cortana. Tres voces sugerentes del panorama más influyente. Disculpa pero no te he entendido, disculpa pero no te he entendido, disculpa pero no te he entendido. Y mucha máquina aplaudiendo con sonido de lata. Clon, clon, clon, clon, clon, clon..... Demasiado algoritmo. Sin algo, sin ritmo.  Un bodrio. Se nos fue de las manos la inteligencia artificial.

Polvo eres

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  El montoncito de arena que se está formando a mis pies me hace sospechar algo. Me deshago, me desintegro, me desvanezco… Muero. “Polvo eres y en polvo te convertirás”. Y, así, estoy viendo cómo me voy. Y, mientras muero, me doy cuenta de que ese montón de arena no soy yo. Yo ya no estoy. A mis pies está naciendo ella y esto es un nuevo Edén. Mi costilla no sirve. Eva nace de mi muerte y el Génesis es otro. ¡Vamos Eva! ¡Dalo todo! ¡Que la mujer está de moda en el siglo XXI!

Estamos en paz

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  💛Dejaste de seguirme. Dejaste de amenazar. Me equivoqué: me fié y tú me fiaste. ¡Hay que ser inútil! Pero ahorré, saldé la deuda y descansé.   💚Dejaron de sonar las bombas. El zumbido permanente en mis oídos. Dejó de habitar el miedo en todo mi sistema digestivo.   Dormí. Respiré. Reviví. Adiós, guerra inútil.   💙Se te fueron cerrando los ojos muy lentamente, mientras tu característica sonrisa no perdió su curvatura natural. Nos dejaste, lentamente. Ve en paz. Todos a tu alrededor queriéndote hasta el final. Inútil sufrir cuando la vida ha sido tan plena.   💗Cerré sin portazo, de forma elegante, cargado de las cuatro cosas importantes que necesitaba para iniciar una vida nueva, pero con miles en mi cabeza. Tú dentro y yo fuera. Y en paz. Adiós, inútil.

Al 23

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La alegría de Chavela. El romanticismo de Neruda, que no le bastó con 20 poemas de amor y se inventó una canción desesperada. La suerte de cruzar los dedos, del diente de león, de tocar madera, de las estrellas fugaces, del trébol con cuatro hojas. Todas juntas, sin abusar.  La salud por la que pelearon los héroes anónimos del Covid La generosidad de quien murió y cargó una cruz. La piedad que no tuvo Pilatos. La tranquilidad del nirvana.  Ahí es ná. 

El rencor

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  Me echaron de la casa a patadas, como se echa a las ratas, a los animales inmundos, a los ladrones de poca monta o a los borrachos que no pagan la cuenta. Me esforcé por enseñarles todo lo que sé, amasando en cada situación la mejor fórmula. Me esmeré en hacerles a todos ellos los mejores en mi materia. Puse el alma. Primero enseñé al padre. Era “bueno de pelar” y costó. Luego a la madre. Los hijos lo aprendieron mirando en ese espejo. Me echaron a gritos… pero aprendieron… y dentro se los quedaron. ¡Serán rencorosos!