Diarios y diarios

Nos han mandado en la escuela ser grandes. No se han dado cuenta, sólo lo he percibido yo. Ayer nos dijeron que teníamos que entregar las sumas, el dictado y la cartulina con las partes de la flor. Y el dibujo para el día de la madre. Hoy nos han dicho que hay que aprenderse los verbos irregulares, hacer un comentario de texto y aprenderse las valencias. Las derivadas se me atragantan. Estoy en mi oficina, mi jefe me manda entregar un informe urgente… en inglés. Hoy no llego a casa a ver a mis hijos…un día más. Os lo dije.

Siempre como nuevos. Así llevaba los zapatos mi padre. Cada mañana los limpiaba con esmero con el betún Búfalo marrón que nunca podía faltar en la compra mensual.  Y cada mañana, se subía al taxi. Cuando veía su presa en una acera y, según hacía ademán de levantar la mano, paraba a su lado y le lanzaba el lazo. Y así se iba pasando la vida. El próximo tren es el de las 20 h. Estación de Atocha. Los bisontes llegan en manada. La ciudad puede ser tan salvaje como el Wild West. Necesitas un buen Pony Exprés.

Antes de esto Vi a mis Secretos por primera vez con mi querida y especialísima primera amiga. Reí a lagrimones jugando al bingo con cinco mujeres de bandera que miraban las luces de Madrid desde el cielo. Cumplí 48 inviernos rodeada de globos, flores y cariño a raudales de los más cercanos y los que también son muy cercanos. Tomé torreznos en el sitio de mi recreo y escuché un concierto mudo de mi Hadita sobre el mantel. Volví a subir al “terreno” con Mi Familia. Charlé horas y horas con mis amigas del alma con aires veganos y jeribeques. Canté villancicos con dos: con el corazón y con quien adoro. Ella para mí y yo para ella. Cocinamos juntas sorbete de piña. Hablamos de cosas de las que no se quiere hablar en “El Monte de las ánimas”. Decidí no cambiar de frontales para tratar de sonreír durante todo este tiempo. Los 70 fueron bien celebrados sin saber que celebrábamos mucho más que eso. Fui valiente y di el paso para poder "jefar" mejor.