¿Me cantas?
![Imagen](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuqPyPVPpheO53VPlVfqVe-LJ3qzNyfuism-tfKlXtBze27Q60j9sPaFEJ4wgMBz2Uk2LKpVLVaSaG0dRSbQmF3iv8pi2MdQ51oPIGLnhssILtYgjhde-pHHlJjqZ4Q7y2sIBCQSb54GM/s320/m%25C3%25BAsica.jpg)
¿Me cantas? Duérmete pronto mi bien Violeta nació con los ojos bien abiertos, eso saltaba a la vista. Pero lo que tenía verdaderamente bien abiertas eran las orejas; eso merecía algo más de atención para percatarse. Los primeros días de su vida transcurrieron entre sonidos de hospital, voces de desconocidos que traían flores y bombones, recomendaciones de enfermeras y doctores y, cuando - por fin- a su madre la dejaban sola en la habitación, palabras cariñosas aún sin significado para ella, pero con pinta de salir del corazón… y una dulce nana: - “Duérmete pronto mi bien”. Había pasado de los sonidos amortiguados que le llegaban a través de la tripita de mamá a otros mucho más puros, más intensos. Esa voz que tantos meses había escuchado apagada, ahora casi retumbaba. Nítida, limpia. Los ojos y las orejas bien abiertos de Violeta se mantuvieron así día tras día. Cada noche después del baño y mientras tomaba el biberón, aquella dulce nana reconfortaba