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Mostrando entradas de febrero, 2014

No érase una vez

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NO ÉRASE UNA VEZ No érase una vez. No había duendes ni hadas. No hubo final feliz ni beso de despedida. Las noches no eran tan estrelladas como en los cuentos, ni el agua tan cristalina. No érase que se era ni la princesa  ni el príncipe, ni las ranas ni los sueños, ni una escoba con su bruja piruja. No érase ni el bueno ni el malo. Ni el vengador ni el pobre. No le habían contado ningún cuento. No existía la fantasía. No existían mundos inimaginables por explorar. No conocía a Perrault, ni a Hans Christian Andersen, ni tan siquiera a Esopo. No sabía de Platero, de Hansel, de Pulgarcito, del Enano Saltarín, de Epaminondas ni del Gallo Kiriko. No le besaron para deshacer el hechizo. No encontraba varita mágica alguna. Los superpoderes eran producto de alguna industria cinematográfica. No érase una niña, ni su cuento, ni su madre a la cabecera para leerlo. No érase la historia de antes de dormir, la historia que calma, que quita miedos, que relaja, que hac

Tortilla francesa

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TORTILLA FRANCESA - ¡Esta vez tienes que ser más rápido! Una ronda más y empatamos. Tenemos la estrategia perfecta: yo salgo antes y les despisto. Entonces llegas tú y salvas a todos. ¿Entendido? En ese mismo instante la voz más inoportuna del mundo parecía atronar en medio de la plaza. - Chicos…¡a cenar!.  No podía ser verdad. ¿A quién le parece importante cenar en este instante?  En ese preciso momento se urdía el plan. Un menudo cónclave tomaba la decisión por unanimidad. El líder hablaba:  - Cada uno a su casa a convencer a las madres y abuelas de que nos dejen sacar el bocata a la calle. ¡No hay tiempo que perder!. En quince minutos continúa la partida. Un remolino de chicos espantados corría a sus hogares a utilizar las más variopintas tretas para lograr su objetivo. - Mamá, por fa…. Me lo como entero. Te lo prometo… pero, ¡¡¡déjame sacar el bocadillo a la plaza!!!. Hazme lo que sea más rápido, que empiezan sin mí… - De acue

Regalos

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REGALOS   Era una chaqueta espantosa. Podría buscarse algún otro calificativo: inadecuada, demodé, anticuada, arcaica, anacrónica... pero el adjetivo más adecuado era ESPANTOSA. Que no se me note y “a otra cosa mariposa”. En cada ocasión, en cada nuevo evento, la emoción al ver un paquete se torna en decepción o en sorpresa. El caso de los patines fue justamente el opuesto. Al abrir aquel grandísimo y brillante paquete de color rojo, la emoción rebosaba en la estancia. La emoción de los grandes regalos siempre existe. Se trata de una reminiscencia infantil: gran paquete = gran regalo. Esa lógica aplastante de los niños fue la que acompañó a la apertura de aquel gran regalo que eran aquellos preciosos patines blancos de bota de ruedas amarillas. No podían existir patines más bonitos en toda la "tierra terrestre", pensaba aquella mente que relacionaba grandes cajas con grandes y maravillosos presentes. PRESENTE. Bonita palabr