He ahí un escrito
He ahí un escrito Me dicen que escriba, aunque no tenga nada que decir. Que no hay escritor malo, que no hay escritura mala. Que de por sí la escritura es buena porque limpia el alma. Me piden que escriba atropelladamente, incluso sabiendo que tengo poco tiempo y tendré que interrumpir la escritura. Me dicen que me apoye en las cosas que me aprietan, en las cosas en las que me ahueco. Que escriba por la mañana, a modo depurativo. Que escriba por la noche, a modo de balance. Me dicen que a base de escribir se aprende a escribir y que escritores nacemos todos porque en la esencia del ser humano está el comunicarse. Me dicen que escribí durante innumerables noches y que, sin saberlo, aquello fue mi entrenamiento. Que escriba para mí, esto lo aprendí hace tiempo, de hecho nunca supe hacerlo más que para mí. Que no mire quién me mira. Que no espere juicios. Que salga lo que tenga que salir, como si es el sol por Antequera. Que use los despechos, los desvelos, las decepciones, lo