Entradas

La suerte es el máximo cuidado en el mínimo de los detalles

Imagen
La suerte es el máximo cuidado en el mínimo de los detalles Un mentor es alguien que cree en ti. Un mentor cree en ti mucho más de lo que tú crees en ti mismo. Un mentor te apoya incluso cuando, de inicio, tú a él no le apoyas. Generosidad pura. Así que un mentor es generoso y te traslada su conocimiento de forma altruista. Construyendo algo, con cincel y martillo. Un mentor es tu foco. Te ilumina más de lo que te iluminas por ti solo. Te da a elegir, en un momento dado, entre una pastilla roja y una negra, para que cambies tu destino si es que quieres. Y te dice frases como “ellos son gatos, tú eres tigre”, porque tiene una expresión para cada una de las situaciones y porque ve en ti cosas mágicas que tú ni atisbas. El mentor te habla del número cuatro mágico, de Enric Corbera, de la maca o del pilates. Te recita fragmentos enteros de películas, dichos costumbristas o frases heredadas de un ilustrado padre. Un mentor te suelta dos frescas sin m

Estimado Sr. Tiempo

Imagen
Estimado Sr. Tiempo , Permítame dirigirme a Usted con objeto de mostrarle mi máxima consideración y transmitirle mis más hondos pensamientos. Llegó Usted pausado, tranquilo, sosegado. Dando, permítame, “ tiempo al tiempo ” . Aportando sensatez a los plazos, equilibrio a los períodos, dimensión a la infancia y – m á s a ú n – a la juventud. Usted a disposición para uso y disfrute. Marcando la pauta. Sin presión. Dirigiendo el camino. Dando sensatez. Guiando hacia un incierto horizonte. Pero, le ruego, me explique el porqué de su urgencia repentina; el porqué de la locura de sus semanas; de no ver fluir los minutos. El porqué de las consecuencias de su paso; los efectos de los ciclos: “ n ” inviernos, “ n ” veranos, “ n ” oto ñ os y “ n ”  primaveras; “ n ” lunes, “ n ” martes, “ n ” mi é rcoles, “ n ” viernes, “ n ” s á bados y “ n ” domingos … Le ruego me explique el porqué de su desorbitado comportamiento, de su abrupta aparición, de su descorté

Tortilla de patata

Imagen
Tortilla de patata Abro la nevera. Miro. La cierro. Voy a la despensa. Miro. Salgo. Vuelvo a la nevera. La vuelvo a abrir. Miro en las tres estanterías superiores y, haciendo un leve giro de cabeza, la dirijo hacia la puerta. Mantequilla, quesos de varios tipos (Philadelphia nunca falta, parmesano y García Vaquero "el queso cowboy"), huevos... Abro los cajones de la fruta y la verdura. Aún quedan unas cuantas judías verdes que empiezan a perder su frescura. Cierro la nevera. Enciendo la tele y pongo "Canal cocina".  Aparece un joven que en 20 minutos es capaz de hacerte dos platos y a veces hasta tres. Me trago cómo hace los champiñones a los cuatro quesos y el pollo al provolone con almendras. Y aún le sobran 50 segundos que dedica a decorar el plato con un poco de cebollino. Deja la cocina bastante sucia. Apago la tele. Entro en la despensa: latas, patatas, algo de bollería industrial insana, cola-cao, macarrones... Abro

Mi personaje

Imagen
Mi personaje Voy a construir un personaje Quiero que sea alguien importante. Que no deje indiferente.  Tiene que tener un algo …  digamos único. Especial. No me vale con un calificativo al uso: alto, calvo, inteligente, pobre, americano … Sorprendente, enigmático, inusual …  podrían encajar más, pero tengo que buscar más. No puede ser alguien anodino con un trabajo monótono. No valen cajeros de banco ni corredores de seguros, pero tampoco me vale con actrices, investigadores, astronautas o miembros de una expedición. Demasiado previsible. Sé de antemano que le pasarán muchas cosas. Mi personaje tiene que gustar, como las personas, a primera vista bastante pero mucho más con la distancia corta. Tiene que tener esa llamada personalidad que dice todo y no dice nada. Que la suma de sus acciones, sus palabras, sus movimientos y, lo más difícil, sus pensamientos e ideales, no dejen duda de lo completo de la misma. Pero me apetece que sea mundano.

TETRIS

Imagen
TETRIS Eres para mí el plato de mi taza de café Yo soy para ti una plaza donde aparcar Fuiste llave de mi cerradura Fui timbre de tu puerta Puedo ser el gemelo para tu camisa Y tú el pendiente para mi oreja Me gusta ser el vino que cae sobre tu copa Te gusta ser la tapa de mi caña Sé boli para escribir en mi papel Seré el marcapáginas de tu libro Sé cubo, que yo seré pala Sé hilo, que yo seré aguja. Yo soy aceite, tú vinagre. Busquemos la sal.

Un día curioso

Imagen
Un día curioso Ha sido curioso. Yo, como siempre. El día, no. Algo extraño ha estado pasando. Por la mañana me hice el zumo de naranja de rigor para el desayuno y me lo tomé rápido, como suelo. Aún resuenan en mis oídos voces femeninas educadoras diciendo “Tómatelo rapidito para que no se le vayan las vitaminas…”. A la par que saboreaba la posterior tostada con jamón y aceite, leía en mi Tablet un artículo desmintiendo el hecho de que el zumo pierda sus propiedades con el paso de las horas. “Tan sólo ve modificado un poco su sabor”, terminaba la autora aguafiestas. Salí a dar un paseo y aproveché a hacer recaditos. Paré en la droguería a comprar aguarrás y me volví a preguntar, como de niña, por qué recórcholis se llamará de esa manera. Le pregunté a Siri y me contestó en francés, curiosamente. Los niños habían cambiado el modo del idioma. Además de darme los buenos días tan amablemente como siempre, Siri me explicó que el vocablo viene del holandés “droog”.