Cielo mío

 




Hoy el cielo eran muchísimos cielos: un espectáculo de cielos conviviendo en una misma mañana, como recortados y pegados de diferentes días y diferentes momentos atmosféricos.


Un collage anacrónico. 


Había zonas en las que la luz penetraba entre las nubes y reflejaba de arriba abajo, siguiendo una línea recta dibujada por un cartógrafo con fuerza superior. En esa zona predominaba el amarillo, un amarillo como dorado, tamizado con unos reflejos que se entrecortaban con el azul de fondo, aportando volumen y relieve. El día, en ese espacio, tenía pinta de ser un gran día y de ponerse abriguito camino de la oficina. 

Había también una zona gris oscura, amenazante, inquietante, lúgubre, con nimbos llenos de ganas de llover y oscuridad tenebrosa por la que llamar al trabajo con voz de dolor de cabeza y darse la vuelta para refugiarse en casa. Un gris familiar de tormenta bajo las sábanas o de botas de agua y paseo, según el humor que toque.

En otra franja las nubes eran de algodón, de esas sobre las que te apetecería saltar como si de una cama elástica se tratara, con un rebote tan fuerte que saltarias de escenario y aparecerías en el foco de la tormenta lúgubre o en la línea paralela brillante del cartógrafo. Saltar leve, ligero y llegar donde te dé la gana. Cirros de algodón o de algodón de azúcar, lo que te dé la gana.

Se veían ahí arriba, dispersos, estratos y cúmulos, un repaso de clase de "Naturales", "G&H" para las nuevas generaciones.  

Y, hasta que el amanecer no acabó su última "r", pervivió en todos esos escenarios un tono rosado que, de alguna manera, lo envolvía todo como denominador común de ese cielo que no era uno, sino muchos, y que pertenecía únicamente al 29 de noviembre de 2021. Como un lazo rosa con su ponpón, puesto a ese espectáculo a modo de regalo por ser un día más: otro regalo de la vida.

Así eras tú hoy, cielo mío. 

Comentarios

  1. ¡Cielo!
    Te disculpo lo de fingir dolor de cabeza, por eso de las "licencias literarias", pero no me gusta mucho, ja, ja, ja.

    De una exjaquecosa, que muchas fingió que no tenía dolor de cabeza.

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