Circunstancias de cuatro pelos

 




El pelo se me queda encrespado desde que tengo uso de razón y, además, tengo un remolino. Es un remolino recalcitrante, insistente, plasta e insolente.

Mi pelo me define. Cuando se refieren a mí dicen: “Mira la del pelo tieso”, “Sí, hombre, esa del pelo como una escarola”, “Esa señora que tiene el pelo como un mocho y que está en la sala de espera”, “La que parece que ha metido los dedos en el enchufe” y lindezas de este estilo, manidas por otro lado.

Mi pelo me hace inigualable, única, de colección. A nadie le gusta, pero a mí sí.

Nadie me ha dicho eso de “qué pelo tan sedoso tienes”, “tu pelo ensortijado”, “tu melena al viento”, “ese pelo azabache que me quita el sentido”…

Mi pelo me ha hecho reconocible y me ha permitido pasar por la vida sin ser inadvertida, anodina, inexistente. Soy. Rotundamente, soy.

Mi pelo me ayudó a ganar confianza, a hacer oídos sordos, a mirar hacia adelante con entereza y a tener la cabeza, con un pelo insolente, sobre los hombros.

En un concierto con 5.000 personas yo sería una de las 10 más reconocibles. Ser reconocible me ha permitido ser escogida en los espectáculos de magia, en El Circo, como extra en películas “Serie B”, como Presidenta de mi Comunidad de vecinos…

Mi remolino me ha hecho ver que todo lo que va, vuelve; que si está de ser, será; que la cabra tira al monte; que Murphy sí que es recalcitrante y como se empeñe no deja títere con cabeza.

Me han dicho que me he salvado por los pelos; que he sido de medio pelo; que el trabajo me venía al pelo pero que se me iba a caer el pelo si lo hacía mal.

Me han hecho contar mi historia con pelos y señales mientras me tomaban el pelo, por mi pelo -claro está-.

Se me han puesto los pelos de punta en muchas ocasiones y en otras muchas no me he cortado ni un pelo.

Y como no tengo pelos en la lengua puedo decir con satisfacción: “Pelillos a la mar”.

Así que mi pelo me ha enseñado toda una vida y estar a mí en ella. Con orgullo, con honor. Y con un mocho en la cabeza que luzco a mucha honra.

 

 

 


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