17 años

Un diario.
Eso quiero.
Un diario.
Y así fue.
Marrón.
Brillante.
El primero de muchos otros: cuadernos, hojas con olor "a guardado" del tío Alejandro, regalados, comprados, reciclados, tristes, alegres, con flores...
En aquel primer diario, marrón y brillante, aparecía la palabra voluble. Entonces desconocía que no sería una moda pasajera.
Muchos años de férrea disciplina, más por necesidad que por obligación.
A horas intempestivas. Tras largas horas de estudio.
Era un alivio para la mente pero era, en el fondo, la necesidad de comunicación.
No lo sabía aún.
Era la necesidad... de escribir.

Enero 1989- Octubre 2013

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