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Fe

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Fe En la gente  En las cosas En la nada En sorprender En la esperanza En el desasosiego En la ilusión En el desencanto Fe allí Vaga Sin fuerza Fe aquí Potente Desordenada Débil La mía La tuya Que viene Que va Y en el camino,  Si cuela... Una pequeña oración

Dramatía

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Dramatía Dícese del drama con simpatía  De lo que es serio pero te entra la risa. De eso que te pasa cuando alguien se cae y tú sabes que se puede haber hecho daño pero te desternillas o "destornillas" de risa por dentro. Y entras en un bucle del que no sabes salir y ya no sabes si haces bien o mal, porque reír siempre es un rato sano... Dícese de tomarse la vida con filosofía  De ver los problemas con un enfoque distinto, sabiendo que lo son pero que no duran eternamente y que tras la tempestad llega la calma, que agua pasada no mueve molino y que con una sonrisa la mochila pesa menos. De cerrar los ojos y los puños y pensar profundo "pasará, pasará, pasará...". Dícese de lo serio con alegría De alegrar la vida al prójimo, que decían en las clases de Reli. De pasar por la vida dejando un rastro positivo porque es que problemas los tenemos todos pero si me sonríes y yo a ti nos lo hacemos pelín más agradable, te conozca o n...

Con alma

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Con alma   A veces siento como si las cosas tuvieran alma; algo más allá de lo que se aprecia. Un no sé qué que si se sabe ver se descubre. Es necesario estar atento, tener predisposición, esperar el momento adecuado y ponerle empeño. Tienen alma las telas. Las ves ahí, expuestas, con sus maravillosos estampados, colores y formas, que en ocasiones dan ganas de comérselas. Y es que, aunque preciosísimas, permanecen estáticas e inertes. Apenas hay que darles una oportunidad y te brindan sin pedírselo sorpresas inimaginables. Corta de aquí y de allá, junta con esta otra que contrasta, añádele una puntilla o una cinta o un trozo de biés y ponle siempre mimo. Poco a poco esos meros trozos de tela toman fuerza, brío, personalidad...  Se saben protagonistas y desde la importancia de serlo se descubren, se desvelan, se destapan y se abren para mostrar lo mejor de sí mismas. Y he ahí algo que era silente y grita a los cuatro vientos su hermosur...

Esto era la vida, no lo pensaste…

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Esto era la vida, no lo pensaste… ¿Calabaza para el niño?  Hay manzanas golden, granny smith, pink lady y reineta. Y también peras de agua. Y al entrar se nota un ambiente cálido. La mayoría de los que hoy están uniformados de verde llegaron desde alguna cordillera lejana, desde alguna cultura con origen ancestral. Lucharon sus padres o lucharon ellos para lograr hacer una senda por donde andar.  ¿Espárragos para hacer a la plancha? Un poco de aceite y sal gorda Por alguna razón que desconozco, la gente se arremolina en el local. Los aguacates tienen un hermoso tamaño y hay plátanos o bananas, a elegir. Empieza a ser tarde. Tras el gesto de los clientes se percibe cansancio de un día anodino… o no. Cansancio del día o de la vida. ¿Champiñones? ¿Unas ramitas de eneldo? ¡Está bueno con el salmón! Una señora lleva en sus manos una coliflor. Apenas nadie parece darse cuenta del espectáculo que es esa verdura. Tan perfectamente esponjosa...

Tedigo Tequiero

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Tedigo Tequiero cuando no Temiro. Porque mirarte desde donde no existe el sentido de la vista es más que verte. Tedigo Tequiero cuando no Tehablo. Te lo digo infinitas veces, sin que lo percibas, sin que lo sueñes, sin que -tan siquiera- lo imagines. Tedigo Tequiero cuando no Tetoco, cuando no Terrozo, cuando no reconozco el tacto de tu piel. Tedigo Tequiero cuando no Tecanto. Tehago melodías insonoras, canciones sin letras, entono para mis adentros y así te lo digo todo. Tedigo Tequiero cuando Terriño y te lo digo cuando no.  Y Tedigo Tequiero con cara de frío, con pataleta, con rencorcillo de chicha y nabo. Y te lo digo en tu ausencia y en tu presencia, en mis Yanotequieros y en mis Tequerrésiempre. Y lo digo sin decirlo... ... y tú ni Teenteras. No Teenteras.

Zebrita

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Zebrita     Pues así empezó la cosa. Dando a un animal el nombre de otro. Así son ellos. Él decía que se parecía más a una vaca, pero a ella, a pesar de la rayas inexistentes, los colores blanco y negro de su pelaje le hicieron pensar en una cebra. Y así siguió la cosa: "Con Zeta, ¿eh mamá?", como si anticipase que la iba a corregir y le iba a hacer cambiar de opinión. ¡Pues buena es ella! En tan sólo dos horas teníamos la mascota soñada (por ella), un nombre para generar crisis de identidad y una falta de ortografía.  Luego, además, teníamos una jaula con todos sus complementos. Que no le falte "de ná" a nuestro nuevo habitante.  Y en tan sólo dos horas ella ya había tomado la decisión de transportar al hamster - digámosle hamster, aunque pudiéramos llamarle ratón- en la bola transparente "tipo Bolt". Bastaron unos segundos de desconcierto para que, entre el "yo lo cojo", "no le pongas la comida aquí, que se cae"...