Con alma A veces siento como si las cosas tuvieran alma; algo más allá de lo que se aprecia. Un no sé qué que si se sabe ver se descubre. Es necesario estar atento, tener predisposición, esperar el momento adecuado y ponerle empeño. Tienen alma las telas. Las ves ahí, expuestas, con sus maravillosos estampados, colores y formas, que en ocasiones dan ganas de comérselas. Y es que, aunque preciosísimas, permanecen estáticas e inertes. Apenas hay que darles una oportunidad y te brindan sin pedírselo sorpresas inimaginables. Corta de aquí y de allá, junta con esta otra que contrasta, añádele una puntilla o una cinta o un trozo de biés y ponle siempre mimo. Poco a poco esos meros trozos de tela toman fuerza, brío, personalidad... Se saben protagonistas y desde la importancia de serlo se descubren, se desvelan, se destapan y se abren para mostrar lo mejor de sí mismas. Y he ahí algo que era silente y grita a los cuatro vientos su hermosur...