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Si me marcho

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SI ME MARCHO Si me marcho Díganles que fui querida Que reí con pasión Y lloré con devoción …Más veces de las necesarias Díganles la suerte que me acompañó Y la compañía que yo hice A aquellos que disfrutaron de ella A aquellos de los que disfruté …Sintiéndome privilegiada Díganles que hice lo importante Seguras dos veces Que esas dos razones Me dieron cientos de motivos …Para seguir Díganselo a quien importé Y a quien no A quien admiré En quien me apoyé Del que aprendí En quien me fijé Díganles lo que deseen Pasé por aquí Haciendo el ruido necesario O quizás de más o de menos … Pero pasé … Y quedé 

Me rompí

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ME ROMPÍ Siempre había querido llevar una de esas. Esas fundas que se ponen los que se rompen algo. Escayola, creo que dijo mamá que se llamaban. Desde que vi a Andrés, el del 5º D, imaginé cómo sería llevar eso. Yo quería romperme. Digo, romperme algo. No entero, de forma que luego no hubiera forma de pegarme ni con el pegamento ese que dice papá que lo pega todo. Loctite, creo que dijo papá que se llamaba. Saltaba desde altos muros, montaba en bici apoyando el pie en un solo pedal y sujetando el manillar con una sola mano. Incluso bajaba el terraplén de al lado del cole sin frenos pensando en que –seguro- en una de esas, algo tendría que romperme. Pero nada. Yo quería sentirme distinto. Que mis amigos quisieran hacerme dibujitos en la escayola. Que los tíos y los abuelos dijeran “pobrecillo” sin darse cuenta de lo orgulloso que yo me sentiría. Que los profes me trataran con más cariño por esa novedad… ¡¡YO CON ESCAYOLA!! ¡¡UN NUEVO YO!! Y un día, c

Sin ton ni son

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                                                                                            Asturias SIN TON NI SON Puedo ver la cruz de cada cara El ton de cada son El birli de cada birloque El quita de cada pon A veces veo el tris de cada tras El toma de cada daca El tiquis de cada miquis El coser de quien siempre canta Me gusta el vámonos de cada apaga La ceca de cada Meca El Pinto de cada Valdemoro El higo de cada breva Me río del orégano de cada monte De la cuadratura de cada círculo Del quinto y mucho más del pino Me río del quid de cada quo

Lo que cabe en un año

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Lo que cabe en un año En un año caben, para empezar, trescientos sesenta y cinco días con todos sus minutitos, sus horas, sus segundos -inamovibles a veces- y a la velocidad de la luz, - otras-. Caben un montón de miradas cómplices, emocionadas, sinceras... Y algunas menos emotivas, acompañadas de otros sentimientos… digamos… poco amigables. Miradas de gente GRIS . Pero a esas no les he prestado apenas atención. No me han interesado en todo este año. En un año caben muchos sueños: realizables e inabordables. Desde el mismo momento en que se sueñan casi se puede percibir a cuál de los dos grupos pertenecen. Hubo sueños de empezar, sueños de seguir, sueños de hacer algo más grande, sueños de retomar cosas inacabadas, sueños de los de verdad: de los de despertarte y darte cuenta de que tu mente te supera a ti mismo.  A los sueños sí les he prestado atención. Me han mantenido un poco más viva este año. Me han dado el optimismo de pintar VERDE mi futuro porque m

Monotonía positiva

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Monotonía positiva Cada cosa en su lugar. Todo ordenado. Colocado. Perfectamente alineado. Sin sobresaltos, sin sorpresas. Siguiendo una cronología que facilita tras un paso el siguiente y, luego, el siguiente. Y así al siguiente. Sin pensar, sin meditar qué hacer ahora. Esa rutina facilona y aburrida a la vez. Esa constancia, tediosa a veces. Esa similitud entre días horas y minutos que tantos remansos de paz aporta a la vez. Un camino realizado a base de sendas recorridas innumerables veces. Un itinerario reconocible, irrenunciable, seguro. La ruta de lo conocido, lo familiar, lo cómodo. Y un día va y se descoloca. Y la monotonía se convierte en convulsión y desconcierto. Y los caminos se desdoblan, se “destriplan”, se multiplican y se vuelven insondables, abruptos, ariscos o - al menos - inciertos. Y nada está en su sitio. Se han descolocado las cosas de la despensa, de la nevera, el camino al trabajo ya no es el mismo. El qué hacer a continuación e

Jota

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Jota  Que no, que no... La gente categórica vive mejor. Que sí, que sí... Si te lo propones, así puedes vivir. Que no, que no... Entre las sombras no me encuentro ni yo. Que sí, que sí... Te veo al final del camino y me ayudas a seguir No. ¿Que no qué? Sí. ¿Sí o qué?