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Lo que cabe en un año

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Lo que cabe en un año En un año caben, para empezar, trescientos sesenta y cinco días con todos sus minutitos, sus horas, sus segundos -inamovibles a veces- y a la velocidad de la luz, - otras-. Caben un montón de miradas cómplices, emocionadas, sinceras... Y algunas menos emotivas, acompañadas de otros sentimientos… digamos… poco amigables. Miradas de gente GRIS . Pero a esas no les he prestado apenas atención. No me han interesado en todo este año. En un año caben muchos sueños: realizables e inabordables. Desde el mismo momento en que se sueñan casi se puede percibir a cuál de los dos grupos pertenecen. Hubo sueños de empezar, sueños de seguir, sueños de hacer algo más grande, sueños de retomar cosas inacabadas, sueños de los de verdad: de los de despertarte y darte cuenta de que tu mente te supera a ti mismo.  A los sueños sí les he prestado atención. Me han mantenido un poco más viva este año. Me han dado el optimismo de pintar VERDE mi futuro porque m

Monotonía positiva

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Monotonía positiva Cada cosa en su lugar. Todo ordenado. Colocado. Perfectamente alineado. Sin sobresaltos, sin sorpresas. Siguiendo una cronología que facilita tras un paso el siguiente y, luego, el siguiente. Y así al siguiente. Sin pensar, sin meditar qué hacer ahora. Esa rutina facilona y aburrida a la vez. Esa constancia, tediosa a veces. Esa similitud entre días horas y minutos que tantos remansos de paz aporta a la vez. Un camino realizado a base de sendas recorridas innumerables veces. Un itinerario reconocible, irrenunciable, seguro. La ruta de lo conocido, lo familiar, lo cómodo. Y un día va y se descoloca. Y la monotonía se convierte en convulsión y desconcierto. Y los caminos se desdoblan, se “destriplan”, se multiplican y se vuelven insondables, abruptos, ariscos o - al menos - inciertos. Y nada está en su sitio. Se han descolocado las cosas de la despensa, de la nevera, el camino al trabajo ya no es el mismo. El qué hacer a continuación e

Jota

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Jota  Que no, que no... La gente categórica vive mejor. Que sí, que sí... Si te lo propones, así puedes vivir. Que no, que no... Entre las sombras no me encuentro ni yo. Que sí, que sí... Te veo al final del camino y me ayudas a seguir No. ¿Que no qué? Sí. ¿Sí o qué?

Pasa… y tómate una caña

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Pasa… y tómate una caña “¿Cómo estás? ¿Triste? ¿Contento? Pasa y tómate una caña”.  Veo ese mensaje lleno de optimismo en una pizarra invitándome a entrar en “La Croquetta”. Así, con dos tés, como si quisiera burlarse de sus homólogas más tradicionales y esa “doble te” le diera la licencia de ser de queso de cabrales, de rabo de toro con vino, de pasas y nueces… ¡Adiós a la aburrida croqueta de jamón o pollo!. Entre el mensaje y la “croquetta” me despido de mi lobo negro. Me despido de mi Apolo. El día se ve desde el lobo blanco. Ahora soy Dionisio. Una mirada lenta y profunda al día a día y reparar en sus mil y un matices, apenas percibidos en muchas ocasiones, y el ánimo sube como por arte “ de birli birloque” . Veo una camisa otoñal, de cuadros marrones, en el escaparate de una tienda: reclamo suficiente para hacerme entrar. Un dependiente, aún imberbe, pone su mejor sonrisa y, sin duda, la mejor de sus intenciones por hacer su trabajo correctamente. Titubea,

Mila Films

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Mila Films Mila ha vivido mucho y muy largo, y por cada uno de sus surcos se aprecian las historias con las que sonrió…mucho y por las que lloró… bastante. Miguel cree haber vivido mucho y muy largo, pero sólo ha vivido muy deprisa y ahora está confundido. Mila ha sido una madre de las de siempre, de las que su amor es para los demás. Miguel eligió tres de las cuatro letras de su abuela para componer su nombre porque, de alguna manera, quería ser como ella. Mila se ha pasado media vida siendo la Robin Hood de la familia: coger del que le sobra para dar un poquito a ése al que le falta: a la hija que le pedía 2.000 pesetas para irse a la disco más de moda de la ciudad;  al hijo al que le hacían ilusión unos Levi´s;  al nieto al que regalarle un conjuntito precioso; a ése que crece y al que le mete en el bolsillo los 50 euros que sus padres no le dan para comprarse un juego de la Play… Y cosas más serias que no vienen a cuento… Miguel sueña con ser Director

Verde

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VERDE Hay lugares de colores, como canciones de colores o mentiras de colores. Hay lugares que se tiñen de verde y tiñen tus pupilas del mismo color. De ese verde de la esperanza, ese verde del frescor y la limpieza.  Ese verde del querer volver cada año. Verde fresco Verde limpio Verde esperanza Verde fresco en mi interior, en sus sonrisas y sus caras largas, verde fresco en la ilusión de lo conseguido y en la decepción de lo perdido. Verde limpio en cada paso, en cada zancada, en cada carrera y en todos los caminos por recorrer. En las escarpadas montañas y en las llanas playas. Verde esperanza en un mundo mejor, en noches a cubierto, brisa suave y no frío. Verde esperanza en años tranquilos y mucho tiempo juntos. Los ojos están llenos de verde . La mente está llena de verde . Del verde de las huertas y del pasto de les vaques. Es verde el pasado y el presente. Verde pinto mi futuro, porque tengo una tiza que pint